sábado, 8 de marzo de 2014

Hoy vas a ser la mujer que te dé la gana de ser


En una fecha que, como tantas otras, pretende ser cooptada por el mercado y su regla elemental de reproducción masiva del consumo, una gran cantidad de mujeres se movilizó por las calles de Rosario reapropiándose del espacio público para reivindicar los derechos obtenidos a lo largo de la historia, así como denunciar y exigir el reconocimiento y cumplimiento de las demandas vigentes. 





De esta manera bajo la consigna de “salir a las calles para luchar por nuestros derechos”, mujeres de las más diversas edades, colores, formas y estilos se congregaron en la Plaza Pringles de la ciudad, portando la bandera de “encontrarnos en las calles una vez más, recordando la lucha de las mujeres, que seguimos sufriendo desigualdades impuestas por el patriarcado capitalista”. 

Así, la tarde latía en todo su esplendor, cuando poco a poco las y los movilizados fueron llegando al lugar fijado para conmemorar el día de la Mujer Trabajadora y el día de la Visibilidad Lésbica. Los carteles con algunas de las consignas hacían su entrada portados por las distintas agrupaciones sociales, gremiales, estudiantiles y políticas que se sumaron a la jornada, dejando entrever los ejes de la convocatoria.

Los minutos pasaban y la Plaza de Córdoba y Pte. Roca, se iba ocupando cada vez más, al mismo tiempo que comenzaba a tomar color con los cánticos, los pañuelos verdes, las charlas y encuentros, los dibujos en el rostro y  las luces de las cámaras de fotos, deseosas por captar cada momento y expresión.

Recién cuando el reloj marcó las 18, la columna empezó a dar los primeros pasos que la llevarían hasta calle San Luis para luego continuar por Buenos Aires, hasta adentrarse en el histórico Monumento a la Bandera. En el camino, los cantos fueron una constante, voces diversas acompañadas por los clásicos bombos y las palmas se replicaban en una extensa marea. El paisaje se complementaba a su vez, con la repartida de volantes a los transeúntes que en medio de la rutina diaria paraban para preguntar, agregar alguna valoración, o simplemente mirar. 

Así fue que luego de dejar sus huellas por las calles, la movilización llegó a la Plaza 25 de Mayo -en la que cada jueves rondan las Madres de Plaza de Mayo de la ciudad-, para comenzar a atravesar las escalinatas del Monumento y llegar bajo los árboles de Córdoba y el Río, en donde ya todo estaba preparadodo para la lectura del documento central. 

“Es necesario hacer un rescate de nuestra historia y de esta fecha que fue y es muy debatida por sus orígenes. El hecho histórico que le dio nacimiento viene desde Rusia. El 23 de Febrero del antiguo calendario ruso -8 de marzo en el calendario occidental- era el día que desde hacía años las rusas habían elegido para luchar por sus derechos. En esa fecha, pero de 1917, las obreras textiles de San Petesburgo irrumpieron con una paralización de actividades que terminó por desencadenar una huelga general”, detalla el texto en sus inicios para remarcar que “la verdadera historia del 8 de marzo fue borrada y en su lugar se reforzó una versión norteamericana”.
En referencia al incendio en una fábrica textil en el que murieron obreras de Estados Unidos, pero que “no tiene fecha precisa, más allá de que su verdadera dimensión también posee fuerza e importancia dentro de la historia del feminismo”. 

La lectura continuó en las voces de distintas mujeres que tomaron la palabra para hacerse oír, ya que como ahí mismo se planteó “en muchísimas ocasiones somos mujeres las que tomamos en nuestras manos los problemas de nuestro pueblo y salimos a pelear por lo que nos corresponde”. 

En relación, se destacó que “aún hoy las mujeres somos las más golpeadas dentro de las clases oprimidas y explotadas, en Argentina el 74 por ciento de las trabajadoras tenemos sueldos por debajo de la canasta básica, y a nivel mundial el 80 por ciento de lxs pobres somos mujeres. Somos nosotras quienes seguimos viviendo de manera más violenta la precarización, los despidos, las consecuencias de una política impositiva que perjudica a los y las de abajo, el no reconocimiento del trabajo doméstico, la inferioridad de nuestros sueldos frente a los de los varones, la desocupación”.

Tal análisis del contexto actual que afecta a cientos de mujeres y reafirma que mucho se logró pero mucho queda aún por hacer, abarcó también la situación de las mujeres trabajadoras “quienes seguimos siendo las más castigadas por las condiciones de trabajo, fundamentalmente las trabajadoras obreras, que en la mayoría de las fábricas se ven privadas de derechos muy básicos como el día libre por enfermedad de sus hijos e hijas, se encuentran en magras condiciones de seguridad e higiene y viviendo de manera más violenta el acoso de los jefes”.

En tanto que acorde a las pancartas que exigían “Aborto legal, seguro y gratuito”, se hizo referencia a que en el país, “siguen realizándose 700.000 abortos clandestinos al año, y el 29 por ciento de las muertes de mujeres en edad gestacional son por causa del aborto ilegal, siendo las más pobres quienes corren esta suerte”, a lo que se agregó el rechazo a la reforma del Código Civil y Comercial que “avasalla aún más el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos”.


Por su parte cuando la noche daba las primeras señales de su llegada, volvió a remarcarse que el 7 de marzo se recuerda también a Natalia Pepa Gaitán, asesinada en Córdoba hace cuatro años por ser lesbiana. Desde entonces, este día es central en la lucha contra la lesbofobia y por la visibilidad lésbica.

“Exigimos que se aplique en todo el país la ley de Educación Sexual Integral para terminar de una vez con los mandatos y la violencia de la heterosexualidad impuesta en nuestra sociedad”, se reclamó al respecto, para alzar nuevamente la voz y denunciar la vulneración permanente de derechos de las mujeres sometidas a diversas situaciones de violencia, desde la mediática que “objetiviza nuestros cuerpos y nos vende como productos prefabricados para el disfrute ajeno, hasta la forma más extrema de violencia: los femicidios”.

Sobre lo anterior, la ONG Casa del Encuentro difundió estos días un informe en el que se da cuenta de que durante 2013 se produjeron 295 femicidios, la mayoría de ellos cometidos por parejas o ex parejas de las mujeres en las casas de las víctimas, un crimen que dejó huérfanos a 405 niñas y niños. A partir de relevar casos publicados en 102 medios de comunicación -ya que no existen estadísticas oficiales- el informe presentado ante la sede de Naciones Unidas en Buenos Aires, identificó  también que 39 hombres y niños murieron al quedar en la "línea de fuego" del femicida o fueron asesinados para "castigar" a las mujeres, lo que se denomina femicidio vinculado.

Frente a estas cifras, que lejos de ser meras estadísticas representan vidas perdidas a causa de la violencia de género en su máxima expresión, desde la ONG, sus directoras Fabiana Tuñez y Ada Rico, sostienen como reclamos esenciales: que el Congreso Nacional sancione un proyecto de “Privación de Patria Potestad del padre condenado por homicidio agravado conforme al artículo 80 inciso 11 del Código Penal de la Nación Argentina de las hijas e hijos en común con la víctima”, considerando que 186 homicidios de género fueron perpetrados por parejas o ex parejas de las mujeres. A ello se suma la necesidad de que no se quite el agravante por violencias de género en la reforma del Código Penal, un plan nacional para erradicar esta violación a los derechos humanos, oficinas de atención a víctimas en todas las provincias, la garantía del acceso a la justicia y capacitaciones a todas las personas involucradas en la temática.

En el mismo sentido, se expresa en el documento elaborado por organizaciones de la ciudad que “la desidia estatal se evidencia con la Ley de Protección Integral para prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las mujeres que si bien fue sancionada y reglamentada, no cuenta con un presupuesto que permita viabilizarla”. En tanto que en Rosario si bien “gracias a la movilización impulsada por la Multisectorial de Mujeres y lxs familiares de víctimas de femicidios logramos declarar la emergencia social en materia de violencia de género, hoy el teléfono verde continúa sin dar respuestas satisfactorias a las mujeres que lo necesitamos, el presupuesto municipal 2014 sigue dando la espalda a la participación de las organizaciones de mujeres que vivimos y contenemos las situaciones de violencia en los distintos territorios”.

Para concluir, el permanente reclamo de justicia se replicó de forma masiva a la vera del Paraná y los nombres de Sandra Cabrera, Silvia Suppo, Jere, Mono y Patóm, Mercedes Delgado y los tantos pibes que mueren cada día en las barriadas populares sonaron con fuerza, junto con la denuncia de un “sistema judicial reproductor del patriarcado, que violenta nuevamente a las mujeres víctimas de violencia de género cuando recurren en busca de justicia, como socio de los negociados del narcotráfico y la trata de mujeres” y el reclamo por “igual representación de las mujeres en nuestros órganos gremiales, políticos y sociales”. 

Cuando las luces de la ciudad ya alumbraban los rostros de quienes desde diferentes espacios y a través de diversas maneras aportaron a la organización y concreción de la jornada, y mientras los pies se predisponían a seguir bailando al ritmo de Tío Gasheta y las Chiquita Machado, una frase cerraba la idea central de la jornada: “somos conscientes de que nuestros derechos sólo pueden ser garantizados por el fruto de la lucha de las organizaciones y movimientos de mujeres”. 



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